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LAS PÉRDIDAS QUE DEJAN HUELLA

¿Quién no ha sufrido algún desamor, ruptura, divorcio, separación, engaño en algún momento de su vida? Bienvenido/a al club, quiero decirte algo, las pérdidas dejan huellas.

Tenemos una mente creadora de historias sin límites. Vemos y nos creemos convencidos y convencidas que la historia se volverá a repetir.  Necesitamos darle sentido a nuestras creencias, todas las que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra vida con nuestras vivencias y experiencias.

Te has preguntado alguna vez, ¿cuáles son aquellas creencias que te hacen sufrir? Te invito a que las pienses, ¿qué crees acerca del amor?, y ¿de los hombres y  las mujeres?, ¿la fidelidad?, ¿la seducción?, ¿la amistad entre un hombre y una mujer?

Las ideas que están en ti han ido creciendo como enredaderas con el abono de los tropiezos, las zancadillas y los empujones que nos ha dado las experiencias, también los valores que nos ha transmitido nuestra sociedad, ¿o acaso crees que no estamos a salvo de las influencias de nuestra cultura?

Tenemos un cerebro que lo almacena todo, si, si, todo, imágenes, sonidos, sensaciones, hasta el punto de crear ese tejido de creencias arraigadas a nuestra forma de sentir y actuar.

Las relaciones que hemos vivido dejan huellas y algunas son el nutrimento de nuestras creencias, a las que pronto acudiremos para darle sentido a nuestros miedos e inseguridades.

Y entonces llega un dia, ese dia en el que saltan todas tus alarmas, tenemos un organismo perfectamente programado para avisarte de las amenazas y peligros que nos acechan a través de las emociones y  sensaciones de nuestro cuerpo.  Ese es el miedo, protector de tu supervivencia. A veces riesgos reales, otros invenciones de nuestra mente, no sabía que teníamos  al principal enemigo tan cerca, ¿Quién? nuestra mente creadora.

Ante situaciones parecidas, vividas, nuestro cuerpo nos manda señales, en tu  estómago se clava una punzada,  tus manos comienzan a sudar, tu respiración se vuelve entrecortada, las palpitaciones crecen por momento, y una explosión de ideas recurrentes alimentadas por tus creencias han montado su propia fiesta. Todo está preparado para pasar el día, la tarde o la noche más complicada del mundo.

Y es que las pérdidas, te vuelvo a decir que, dejan huellas, rastros que hoy sentimos en forma de angustia, celos,  miedos e inseguridades.

Las historias vividas se guardan con títulos, con etiquetas, con nombres, y ahí sigue en nuestra entramada red de neuronas de conforman nuestra mente, tenemos muchas creencias que son erróneas, en ti está alimentarlas o desactivarlas, el trabajo es costoso pero merece la pena, te ahorrarás muchos momentos de sufrimiento que no sirven para nada.

Darle la oportunidad a tu vida, a tu historia presente, a tu relación. Comparte, expresa  lo que hay en tu interior, hablando aclaramos y desactivamos alarmas.

Cada momento, cada historia, cada persona, cada situación es única y merece la pena vivirla así.